Reflexión Día 7 de Marzo. Mujeres Que Aman Demasiado. Robin Norwood. Solo Por Hoy. Coda.
Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con “el”…estamos amando demasiado.
Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudaran a él, estamos amando demasiado.
Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos en la idea de que, si tan solo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, el querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional, e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado.
A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que así deben ser las relaciones de pareja.
La mayoría de nosotras hemos amado demasiado aunque sea una vez, y para muchas de nosotras ha sido un tema recurrente en nuestra vida.
Algunas nos hemos obsesionado tanto con nuestra pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como personas.
REFLEXIÓN DE HOY
"Es posible que experimentemos una fuerte presión para que expliquemos a familiares y amigos cómo es posible que alguien que no es particularmente admirable, ni siquiera amable, puede sin embargo despertar en nosotras semejante emoción y expectativa, y un intenso deseo, jamás igualado a lo que podamos sentir por alguien más bondadoso o más presentable. Es difícil explicar que estamos fascinadas por la fantasía de sacar a la luz todas las cualidades positivas, amor, interés, devoción, integridad y nobleza -, que tenemos la seguridad de que yacen ocultas en el interior de nuestro amante, esperando para florecer al calor de nuestro amor.
¿Cómo explicar que lo hallamos tan atractivo no es la persona que es, sino aquella en que, estamos convencidas, va a convertirse? ¿cómo admitir ante nosotras mismas, o ante los demás, que estamos enamoradas de alguien que aún no existe, y que estamos fascinadas con nuestro poder para hacerla aparecer?."
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