Reflexión Lección 87 Día 28 de Marzo. Un Curso de Milagros. Helen Schucman. Solo Por Hoy. Coda.

-soloporhoy.net


Plegaria Solo por Hoy
"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."

Así Sea. Así Sea. Así Sea.


El Milagro reconoce que todo el mundo es tu hermano, así como mi hermano también. Es una comunicación directa con Dios, tal y como lo concibas, indicando que la condición aparente entre Dios y el hombre es una falsa separación. Un milagro es una reparación a través del perdón. El propósito de estas lecciones es entrenar a tu mente para esta transformación. Nada irreal existe, nada real puede ser amenazado; en eso radica la Paz de Dios. Meditaciones Solo por Hoy. Literatura Codependientes Anónimos.


LECCIÓN 87

Nuestro repaso de hoy abarcará estas ideas:

1. Mi voluntad es que haya luz.

Hoy haré uso del poder de mi voluntad. No es mi voluntad andar a tientas en la oscuridad, temeroso de las sombras y ame­drentado por cosas invisibles e irreales. La luz será mi guía hoy. La seguiré a donde me lleve, y contemplaré únicamente lo que me muestre. Éste será el día en que experimentaré la paz de la verdadera percepción.


2. Las siguientes variaciones de esta idea pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:

Esto no puede ocultar la luz que es mi voluntad ver.

3(Nombre], estás en la luz junto conmigo.

En la luz esto se verá de otra manera.


3. No hay más voluntad que la de Dios.

Estoy a salvo hoy porque no hay más voluntad que la de Dios. Siento miedo sólo cuando creo que hay otra voluntad. Trato de atacar únicamente cuando tengo miedo, y sólo cuando trato de atacar puedo creer que mi eterna seguridad se ve amenazada. Hoy reconoceré que nada de esto ha ocurrido. Estoy a salvo porque no hay más voluntad que la de Dios.


4. Las siguientes son algunas variaciones de la idea que pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:


Permítaseme percibir esto en conformidad con la Vo­luntad de Dios.

La Voluntad de Dios, así como la mía, es que tú, [nom­bre], seas Su Hijo.

Esto es parte de lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para mí, independientemente de cómo yo lo vea.

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