Reflexión Lección 37 Día 6 de Febrero. Un Curso de Milagros. Helen Schucman. Solo Por Hoy. Coda.

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Plegaria Solo por Hoy

"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."

Así Sea. Así Sea. Así Sea.


El Milagro reconoce que todo el mundo es tu hermano, así como mi hermano también. Es una comunicación directa con Dios, tal y como lo concibas, indicando que la condición aparente entre Dios y el hombre es una falsa separación. Un milagro es una reparación a través del perdón. El propósito de estas lecciones es entrenar a tu mente para esta transformación. Nada irreal existe, nada real puede ser amenazado; en eso radica la Paz de Dios. Meditaciones Solo por Hoy. Literatura Codependientes Anónimos.



LECCIÓN 37

MI SANTIDAD BENDICE AL MUNDO

 

Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, o en otras palabras, la razón por la que estás aquí.

Tu propósito es ver el mundo a través de tu propia santidad.

De este modo, tú y el mundo sois bendecidos juntos.

Nadie pierde, a nadie se le despoja de nada, todo el mundo se beneficia a través de tu santa visión.

Tu santa visión significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su justo merecido.

Y él tiene derecho a todo, ya que ése es su sagrado derecho como Hijo de Dios.

No hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacrificio del pensamiento del mundo.

Cualquier otra manera de ver inevitablemente exige el que algo o alguien pague.

Como resultado de ello, el que percibe sale perdiendo.

Y no tiene ni idea de por qué está perdiendo.

Su plenitud, sin embargo, le es restaurada a su conciencia a través de tu visión.

Tu santidad le bendice al no exigir nada de él.

Los que se consideran a sí mismos completos no exigen nada. Tu santidad es la salvación del mundo.

Te permite enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo.

Hoy debes dar comienzo a las cuatro sesiones de práctica más largas las cuales han de tener una duración de tres a cinco minutos cada una repitiendo la idea de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto más o menos en el que debes mirar a tu alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que veas:

Mi santidad bendice esta silla.

Mi santidad bendice esa ventana.

Mi santidad bendice este cuerpo.

Luego cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente, usando su nombre y diciendo:

Mi santidad te bendice, [nombre].

Puedes continuar la sesión de práctica con los ojos cerrados, o bien abrirlos de nuevo y aplicar la idea a tu mundo exterior si así lo deseas, puedes alternar entre aplicar la idea a cualquier cosa que veas a tu alrededor o a aquellas personas que aparezcan en tus pensamientos, o bien puedes usar cualquier combinación que prefieras de estas dos clases de aplicación.

La sesión de práctica debe concluir con una repetición de la idea con los ojos cerrados, seguida inmediatamente por otra repetición con los ojos abiertos.

Los ejercicios más cortos consisten en repetir la idea tan a menudo como puedas.

Resulta particularmente útil aplicarla en silencio a todas las personas con las que te encuentres, usando su nombre al hacerlo.

Es esencial que uses la idea si alguien parece causar una reacción adversa en ti.

Ofrécele la bendición de tu santidad de inmediato, para que así puedas aprender a conser varla en tu conciencia.

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