Reflexión Día 28 de Febrero. Mujeres Que Aman Demasiado. Robin Norwood. Solo Por Hoy. Coda.

-soloporhoy.net

Plegaria Solo por Hoy
"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."

Así Sea. Así Sea. Así Sea.


Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.

Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con “el”…estamos amando demasiado.

Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.

Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudaran a él, estamos amando demasiado.

Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos en la idea de que, si tan solo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, el querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.

Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional, e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado.

A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que así deben ser las relaciones de pareja.

La mayoría de nosotras hemos amado demasiado aunque sea una vez, y para muchas de nosotras ha sido un tema recurrente en nuestra vida.

Algunas nos hemos obsesionado tanto con nuestra pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como personas.


REFLEXIÓN DE HOY

"La sensación que a menudo experimentamos las mujeres que amamos demasiado cuando nos encontramos con hombres "agradables" es la de aburrimiento: no repican las campanas, no estallan cohetes, no caen estrellas del cielo. Ante la ausencia de excitación nos sentimos desasosegadas, irritables y molestas, en un estado de incomodidad general que se clasifica bajo el rótulo de aburrimiento. Nuestras habilidades para relacionarnos con los hombres están desarrolladas para el desafío, no para disfrutar simplemente de la compañía de un hombre. Sentimos mayor desagrado ante la presencia de un hombre sólido, fiable, jovial y estable que el que jamás hayamos sentido ante hombres irresponsables, emocionalmente distantes, inaccesibles o indiferentes."

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