Reflexión Día 16 de Febrero. Mujeres Que Aman Demasiado. Robin Norwood. Solo Por Hoy. Coda.
Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con “el”…estamos amando demasiado.
Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudaran a él, estamos amando demasiado.
Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos en la idea de que, si tan solo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, el querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional, e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado.
A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que así deben ser las relaciones de pareja.
La mayoría de nosotras hemos amado demasiado aunque sea una vez, y para muchas de nosotras ha sido un tema recurrente en nuestra vida.
Algunas nos hemos obsesionado tanto con nuestra pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como personas.
REFLEXIÓN DE HOY
"Muchas mujeres cometen el error de buscar un hombre con quien llevar adelante una relación sin antes haber desarrollado la relación consigo mismas; van de hombre en hombre, buscando lo que se les escapa en el trayecto. La búsqueda debe comenzar en su propio interior, en lo profundo de su yo. Nadie puede amarnos lo suficiente como para hacernos sentir satisfechas si no nos amamos a nosotras mismas porque cuando buscamos el amor desde nuestro propio vacío interior, lo único que podemos hallar es más vacío. Si aceptamos el hecho de que un hombre que no deja de herirnos y decepcionarnos no va a cambiar, debemos ser nosotras las que cambiemos superando nuestras fantasías de que algún día él termine reaccionando. Toda nuestra vida cambiará; y lo hará a mejor. La aceptación de nuestra responsabilidad al elegir estar o no con un hombre que nos hace infelices nos dará poder sobre nosotras mismas. Nos sentiremos menos desesperadas y menos dispuestas a aferrarnos a una relación frustrante, agotadora y nada productiva. Aumentará nuestra autoestima y nuestro respeto por nosotras mismas, y estaremos más abiertas a conocer un hombre maduro y generoso con el que entablar una relación amorosa sana y fértil.
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