Reflexión Lección 93 Día 3 de Abril. Un Curso de Milagros. Helen Schucman. Solo Por Hoy. Coda.

-soloporhoy.net


Plegaria Solo por Hoy
"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."

Así Sea. Así Sea. Así Sea.


El Milagro reconoce que todo el mundo es tu hermano, así como mi hermano también. Es una comunicación directa con Dios, tal y como lo concibas, indicando que la condición aparente entre Dios y el hombre es una falsa separación. Un milagro es una reparación a través del perdón. El propósito de estas lecciones es entrenar a tu mente para esta transformación. Nada irreal existe, nada real puede ser amenazado; en eso radica la Paz de Dios. Meditaciones Solo por Hoy. Literatura Codependientes Anónimos.


LECCIÓN 93 

La luz, la dicha y la paz moran en mí.

1. Crees ser la morada del mal, de las tinieblas y del pecado. 

Piensas que si alguien pudiese ver la verdad acerca de ti sentiría tal repulsión que se alejaría de ti como si de una serpiente vene­nosa se tratase. Piensas que si la verdad acerca de ti te fuese revelada, te sobrecogería un horror tan grande que te apresura­rías de inmediato a quitarte la vida, pues sería imposible seguir viviendo después de haber contemplado semejante atrocidad.


2. Estas creencias están tan firmemente arraigadas en ti que resulta difícil hacerte entender que no tienen fundamento alguno. Que has cometido errores es obvio. Cierto es también, teniendo en cuenta lo que ahora crees, que has buscado la salvación por extra­ños caminos; que te has dejado engañar y que a tu vez has enga­ñado; que has tenido miedo de fantasías pueriles y de sueños crueles y que te has postrado ante ídolos de polvo.


3. Hoy vamos a poner en tela de juicio todo esto, no desde el punto de vista de lo que piensas, sino desde un punto de referen­cia muy distinto, desde el cual tales pensamientos vanos carecen de sentido. Esos pensamientos no concuerdan con la Voluntad de Dios. Él no comparte contigo estas extrañas creencias. Esto es suficiente para probarte que son erróneas, pero tú no te das cuenta de ello.


4. ¿Por qué no habrías de dar saltos de alegría cuando se te ase­gura que todo el mal que crees haber hecho nunca ocurrió; que todos tus pecados no son nada; que sigues siendo tan puro y santo como fuiste creado, y que la luz, la dicha y la paz moran en ti? La imagen que tienes de ti mismo no puede resistir la Volun­tad de Dios. Tú piensas que eso es la muerte, sin embargo, es la vida. Tú piensas que se te está destruyendo, sin embargo, se te está salvando.


5. El ser que tú fabricaste no es el Hijo de Dios

Por lo tanto, no existe en absoluto. Y todo lo que aparentemente hace o piensa carece de significado. No es bueno ni malo. Es simplemente irreal; nada más. No batalla con el Hijo de Dios. No le hace daño ni ataca su paz. No ha alterado la creación en absoluto, ni ha convertido la eterna impecabilidad en pecado, o el amor en odio. ¿Qué poder puede poseer ese ser que tú fabricaste, cuando lo que hace es contradecir la Voluntad de Dios?


6. Tu impecabilidad está garantizada por Dios

Esto tiene que repetirse una y otra vez, hasta que se acepte. Es la verdad. Tu impecabilidad está garantizada por Dios. Nada puede afectarla, y nada puede cambiar lo que Dios creó eterno. El ser que tú fabri­caste, lleno de maldad y de pecado, no es nada. Tu impecabilidad está garantizada por Dios, y la luz, la dicha y la paz moran en ti.


7. La salvación requiere que aceptes un solo pensamiento: que eres tal como Dios te creó, y no lo que has hecho de ti mismo. Sea cual sea el mal que creas haber hecho, eres tal como Dios te creó. Sean cuales sean los errores que hayas cometido, la verdad con respecto a ti permanece inalterada. La creación es eterna e inalterable. Tu impecabilidad está garantizada por Dios. Eres, y siempre serás, exactamente como fuiste creado. La luz, la dicha y la paz moran en ti porque ahí las puso Dios.


8. En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy, las cuales serían más provechosas si las llevases a cabo durante los prime­ros cinco minutos de cada hora de vigilia, comienza afirmando la verdad acerca de tu creación:

La luz, la dicha y la paz moran en mí.

Mi impecabilidad está garantizada por Dios.

Luego deja a un lado las disparatadas imágenes que tienes de ti mismo, y pasa el resto de la sesión de práctica tratando de experi­mentar lo que Dios te ha dado, en lugar de lo que tú has decre­tado para ti mismo.


9. Pues o bien eres lo que Dios creó, o bien lo que tú mismo has hecho de ti

Un Ser es real; el otro no existe. Trata de experimen­tar la unidad de tu único Ser. Trata de apreciar Su santidad y el Amor del que fue creado. Trata de no ser un obstáculo para el Ser que Dios creó como lo que tú eres, ocultando Su majestad tras los insignificantes ídolos de maldad y de pecado que has inven­tado para reemplazarlo. Permítele venir ahí donde le corres­ponde estar. Ahí estás tú; Eso es lo que eres. Y la luz, la dicha y la paz moran en ti porque esto es así.


10. Tal vez no estés dispuesto o no puedas dedicar los primeros cinco minutos de cada hora a hacer estos ejercicios. Trata, no obstante, de hacerlos cuando puedas. Acuérdate por lo menos de repetir estos pensamientos cada hora:

La luz, la dicha y la paz moran en mí.

Mi impecabilidad está garantizada por Dios.

Trata luego de dedicar un minuto más o menos, con los ojos cerrados, a cobrar conciencia de que se trata de una afirmación de la verdad acerca de ti.


11. Si surge alguna situación que parezca perturbarte, desvanece la ilusión de miedo de inmediato, repitiendo de nuevo estos pen­samientos. Si te sientes tentado de enfadarte con alguien, dile silenciosamente:

La luz, la dicha y la paz moran en ti.

Tu impecabilidad está garantizada por Dios.

Hoy puedes hacer mucho por la salvación del mundo. Hoy pue­des hacer mucho por desempeñar más fielmente el papel que Dios te ha asignado en la salvación. Y hoy puedes asimismo hacer mucho por convencer a tu mente de que la idea de hoy es en efecto la verdad.

Comentarios