Reflexión Día 9 de Junio. El Lenguaje Del Adiós. Melody Beattie. Solo Por Hoy. Coda.
"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."
Así Sea. Así Sea. Así Sea.
Codependencias y Adicciones a las Relaciones. Literatura Codependientes Anónimos.
EL PÁNICO
Pocas situaciones, no importan cuán grandemente parezcan exigirlo pueden mejorarse si nosotros nos asustamos.
Ya no seas codependiente.
¡Que no te entre el pánico!
Si un nadador fuera cruzando un gran lago y de repente se concentrara demasiado en la distancia que le quedara por nadar, podría empezar a forcejear y a hundirse, no porque no supiera nadar, sino por haberse visto abrumado por el pánico.
El pánico, no la tarea, es el enemigo.
Muchos de nosotros tenemos momentos en que nos sentimos atascados y abrumados. Tenemos momentos en que sentimos que no es posible que terminemos todo lo que tenemos que hacer.
Podremos estar enfrentando una tarea en el trabajo, una mejora en nosotros mismos o un cambio en nuestra vida familiar. Por un momento, es útil ver hacia adelante y tener una visión del proyecto. Es normal, cuando vemos hacia adelante lo que se necesita hacer, que tengamos momentos de pánico. Siente el miedo y luego déjalo ir. Aparta los ojos del futuro y de la enormidad de la tarea. Si hemos tenido una visión de la meta, está será nuestra. No tenemos que hacerlo todo hoy o de una sola vez.
Concéntrate en el día de hoy. Concéntrate en la creencia de que todo está bien. Lo único que necesitamos hacer para alcanzar nuestra meta es concentrarnos en lo que se nos presenta en forma natural, de una manera ordenada, hoy. Se nos dará la fuerza para lograr, en paz, lo que necesitemos para llegar mañana a donde queramos estar. El pánico detendrá este proceso. La confianza y una acción guiada lo fortalecerán. Respira profundamente. Ponte en paz. Confía. Actúa conforme a tu guía, hoy.
Podemos volver al camino haciendo ondear el agua hasta que recobremos la compostura. Una vez que nos sintamos en paz, podremos empezar a nadar otra vez, con confianza. Mantén simple la concentración, en una brazada, en un movimiento a la vez. Si podemos hacer nuestro movimiento, es que hemos progresado. Si nos cansamos, podremos flotar, pero solo si estamos relajados. Antes de darnos cuenta, habremos llegado a la orilla.
"Hoy creeré que todo está bien. Si me está conduciendo, pero sólo se me conducirá un día a la vez. Concentraré mi energía en vivir este día al máximo de mi capacidad. Si surge el pánico, detendré toda actividad y lidiaré con el pánico como un asunto aparte".
Comentarios
Publicar un comentario