Reflexión Día 22 de Junio. Mujeres Que Hacen Demasiado. Anne Wilson Schaef. Solo Por Hoy. Coda.

-soloporhoy.net

Plegaria Solo por Hoy

"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."
Así Sea. Así Sea. Así Sea.


Las mujeres que trabajamos de más y hacemos demasiado, y llegamos a la conclusión de que muchas de nosotras, en principio, no nos definiríamos como adictas al trabajo. Sin embargo, hacemos demasiado, estamos demasiado ocupadas, pasamos todo nuestro tiempo cuidando a los demás y, en general, no nos cuidamos a nosotras mismas. Muchas de nosotras hemos cruzado la línea del comportamiento compulsivo, adictivo y autodestructivo y necesitamos hacer algunos cambios fundamentales en nuestras vidas. Meditaciones Solo por Hoy. Literatura Codependientes Anónimos.



CONCIENCIA DEL PROCESO

La vida llega en oleadas; oleadas de soledad, y después más oleadas, cuando apenas tenemos tiempo de respirar.

May Sarton.

Las adictas al trabajo, las adictas a estar siempre ocupadas, y las adictas a las prisas se sienten mucho más a gusto y en confianza en los periodos en los que apenas tenemos tiempo para respirar. Sabemos cómo funcionar bajo presión y con plazos colgando sobre nuestras cabezas. En estos periodos es cuando brillamos.

Por desgracia, lo que nos asusta son los periodos de calma y de soledad potencial cuando los proyectos se acaban. Estar sin proyectos o plazos fijos nos mete el miedo en el cuerpo. Por suerte, casi nunca tenemos que enfrentarnos a este terror porque hemos dispuesto nuestras vidas de tal manera que rara vez tenemos un momento para respirar.

Si nos permitimos el tiempo para darnos cuenta, podemos ver que esta marea ascendente y descendente en la vida tiene su razón de ser. Necesitamos tener momentos de respiro. Nuestros cuerpos necesitan descansar de las subidas constantes de adrenalina o, en caso contrario, explotan.

Cuando nos permitimos estar más sanas, empezamos a experimentar y a atesorar las «oleadas» de nuestra vida y a darles la bienvenida como ejemplos de sabiduría infinita.

"El océano nunca se cansa del flujo y reflujo de sus mareas. Tengo que aprender algo del océano."

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