Reflexión Día 22 de Agosto. Cada Día Un Nuevo Comienzo. Karen Kasey. Solo Por Hoy. Coda.
Plegaria Solo por Hoy
"Dios Concédeme la Serenidad para Aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar las que sí puedo y Sabiduría para distinguir la diferencia."
Así Sea. Así Sea. Así Sea.
Cada día trae una promesa, y el itinerario de la vida comienza de nuevo. Aligeramos las cargas, incrementando la alegría con la delicada ternura, el amor y el consejo sabio de otras mujeres. Ellas transitaron el mismo camino largo y sinuoso que el nuestro. Comparten sus dificultades y fortalezas únicas de la mujeres; en especial, las que buscamos apoyo y crecimiento espiritual para nuestra sanación. El amor es poderoso y sana todas dificultades y las heridas. Meditaciones Solo por Hoy. Literatura Codependientes Anónimos.
Estamos tan enfermas como los secretos que guardamos.
Sue Atchley Ebaugh.
El hecho de esconder algunas partes de nuestro yo interior por miedo a lo que los demás puedan pensar si se enteraran, crea las barreras que nos mantienen separadas, que nos hacen sentir diferentes y seguras de nuestra incapacidad.
Los secretos son cargas que pesan demasiado. El hecho de guardar secretos hace imposible que logremos la serenidad, que es lo que diariamente tratamos de alcanzar. La abstinencia por sí sola no es suficiente. Debe ocurrir primero, pero no basta, pues no puede garantizarnos que encontraremos la serenidad que buscamos.
Este programa de recuperación nos ofrece seguridad, felicidad y bienestar espiritual, pero tenemos un trabajo que hacer y muchos pasos que dar. Y uno de ellos consiste en revelarnos plenamente ante los demás. Es arriesgado y humillante, pero necesario.
Cuando hablamos a otros acerca de quiénes somos en realidad, ello les abre la puerta para hacer lo mismo. Y cuando esto sucede establecemos un vínculo. Aceptamos sus imperfecciones y amamos a la persona por tenerlas. Y ella nos aman por las nuestras. Nuestra lucha por ser perfectas y nuestra autodenigración por no serlo, exageran aún más los secretos que nos mantienen atadas.
Nuestro deslucido yo merece ser amado. Cuando los compartimos, los secretos se convierten en grandes consuelos. Sintamos nuestra unidad, nuestra semejanza con otras mujeres.
"Hoy tendré oportunidades de compartir mis secretos. Seré valiente."
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