Séptimo Chakra. Sasharara. Solo por Hoy. Terapias Complementarias.



CHAKRA SAHASRARA. SOLO POR HOY.
Chakra Sahasrara, chakra coronal, también denominado centro de la coronilla o flor de loto de mil pétalos. El séptimo chakra se encuentra situado en el punto supremo, encima de nuestra cabeza y en el centro. Se abre hacia arriba.  



EL SÉPTIMO CHAKRA Y SUS CORRESPONDENCIAS 
Color: Violeta, también blanco y oro. 
Símbolo: Flor de loto de 1.000 pétalos. 
Principio básico: Ser puro. 
Correspondencia corporal: Cerebro. 


GLÁNDULAS CORRESPONDIENTES
Glándula pineal (hipófisis). Las influencias de la hipófisis no se han esclarecido del todo científicamente. Con gran probabilidad influye en la totalidad del organismo. Cuando falla esta glándula se produce una madurez sexual prematura. 


CORRESPONDENCIAS ASTROLÓGICAS 
Capricornio/Saturno: Intuición, concentración en lo esencial, penetración de la materia con luz divina. 
Piscis/Neptuno: Disolución de los límites, entrega, unificación. 


MISIÓN Y FUNCIONAMIENTO DEL SÉPTIMO CHAKRA
El chakra coronal es donde se asienta la perfección suprema del hombre. En algunos escritos legados por la tradición se representa en vilo sobre la cabeza del hombre. 
Brilla con todos los colores del arco iris, pero el color predominante es el violeta. La flor exterior del chakra consta de 960 pétalos. 

En su interior se encuentra una segunda flor de 12 pétalos, que irradia luz blanca entreverada de rayos dorados. 
De forma similar a como la luz incolora reúne todos los colores del espectro, en el chakra supremo se reúnen todas las energías de los centros inferiores. 

El chakra coronal es la fuente y el punto de partida para la manifestación de todas las restantes energías de los chakras. Aquí estamos unidos con el ser divino sin atributos y amorfo, que contiene en sí todas las formas y atributos no manifestados. 

Es el lugar en que nos encontramos como en casa: desde aquí partió nuestro viaje hacia la vida, y aquí regresamos al final de nuestra evolución. Aquí vivimos y nos experimentamos a nosotros en Dios, nos hemos hecho uno con el origen divino del que procedemos. Nuestro campo energético personal está fundido con el campo energético universal. Todo cuanto captamos, primero intelectualmente y después intuitivamente, adquiere ahora una comprensión completa. El conocimiento que obtenemos a través del chakra coronal va más allá aún del que nos proporciona el tercer ojo, puesto que ya no estamos separados del objeto de la percepción. 

Vivimos de las manifestaciones de la creación, entre las que también se encuentra nuestro cuerpo, como un juego de la consciencia divina con la que nos hemos unificado. La vía para el desarrollo del chakra supremo está indicada someramente por la radiación violeta. 

El violeta es el color de la meditación y de la entrega. Mientras que en la activación de los seis centros energéticos inferiores podíamos influir de forma concreta, aquí sólo podemos abrirnos y convertirnos en receptáculo. 

Mediante el despliegue del séptimo chakra se disuelven también los últimos bloqueos limitadores de los restantes chakras, y las energías comienzan a vibrar con las frecuencias más altas de que son capaces. 

Cada chakra se convierte en un espejo del ser divino en su plano especial, expresando así el potencial supremo de que dispone. Tan pronto como el chakra coronal está completamente despierto, su misión, recibir las energías cósmicas, ha concluido. Ahora es él mismo el que emite energías. Para ello el cáliz de la flor se abomba hacia fuera y compone una corona sobre la cabeza. 


FUNCIONAMIENTO ARMÓNICO 
En el séptimo chakra no hay bloqueos en sentido auténtico. Únicamente puede estar más o menos desarrollado. Cuando el chakra coronal comienza a abrirse, vivirás instantes cada vez más frecuentes en los que la separación entre tu ser interior y la vida exterior se anula. 

Tu conciencia está completamente en calma y distendida, y en esa calma vives tu auténtica esencia como el ser puro omnipresente, en el que existen todas las cosas. A medida que se va desplegando el chakra coronal es más frecuente la aparición de estos momentos, y cada vez se experimentan con más claridad, hasta que se convierten en una realidad permanente. 

Cuando tu ser esté maduro para ello, esta iluminación definitiva puede aparecer súbitamente, y no existe camino de regreso en tu evolución. Tienes la sensación de haber despertado de un largo sueño y de estar viviendo la realidad sólo ahora. En tu camino hasta allí te has convertido en un recipiente vacío, en cuyo receptáculo vacío se ha vertido el ser divino hasta ocupar su último rincón. 

Ahora sabes que esto es tu auténtica esencia, la única realidad permanente. Tu yo individual se ha convertido en el yo universal. 
En tu actuación realizas la intención del creador, y la luz que tú irradias abre el corazón de todos los seres que son sensibles a la presencia divina. Si ahora quieres saber algo, no necesitas más que dirigir tu atención a ello, puesto que todo existe en ti en el ser divino con el que te has hecho uno. Así, la creación es un juego que se consuma en la infinitud de tu propia conciencia. Conoces que incluso la materia sólida no es otra cosa que una forma mental en la conciencia divina, y que como tal no existe en el sentido auténtico. Todo lo que has considerado real se convierte en una ilusión. Vives el vacío máximo: pero este vacío es idéntico a la plenitud máxima, puesto que es vida en su esencia pura. Y esta esencia  divina de la vida es pura felicidad. 

En los años en que, debido a los ciclos vitales, existe una apertura especial para las energías del chakra coronal, recibes la oportunidad de adquirir en el marco de tu anterior evolución una profundidad de conocimiento y una totalidad que hasta entonces no te parecía posible. Las meditaciones y los sentimientos de entrega a Dios pueden darte más que en ningún otro momento intuiciones de tu origen divino y provocar vivencias de la unidad. De forma que deberías aprovechar esta oportunidad para ir hacia el interior más que nunca. 

Om Shanti 🙏

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